Por la carretera de Cueves el automóvil parecerá ser engullido por unas fauces de roca, pues la carretera atraviesa el corazón de la montaña por una gruta natural, corriendo al lado de un riachuelo, hasta llegar a la aldea de Cueves del Agua. La Cueva está discretamente iluminada, tiene unos 300m de longitud, altas bóvedas, flora y fauna cavernícolas y es uno de los espectáculos naturales más asombrosos de la comarca, la sensación que experimenta quien la visita por primera vez es única e irrepetible. 

Ya en el pueblo comienza la Ruta de los Molinos, estrictamente peatonal, que tiene como atractivo, además del paisaje, los molinos de agua tradicionales de la zona, donde antiguamente molían el maíz.